Sábado, 02 Marzo 2019 00:00

Las Mujeres en el Plan Cuscatlán

Fotografía extraída de Pagina de Facebook oficial de Nayib Bukele.

 

I Parte

Deysi Cheyne


El Plan Cuscatlán, Un Nuevo Gobierno para El Salvador, es el nombre de la propuesta de campaña del ahora electo, Presidente Nayib Bukele, presentada por televisión unos días antes del evento electoral, realizado el pasado 3 de febrero. Si nos atenemos a su texto, dicho plan expresa los compromisos que el nuevo mandatario asume con sus votantes y con la población, en general.

Más allá de su estilo y forma de presentación, los contenidos plasmados en el documento, son susceptibles de análisis para descubrir lo que el nuevo gobierno tiene proyectado realizar, bajo qué enfoques y perspectivas y con qué estrategias de implementación.

En el presente artículo analizaremos el apartado referido a la mitad de la población, las mujeres salvadoreñas, intentando identificar las prioridades que desde la política pública se pretenden retomar para el próximo quinquenio,2019-2024.

El Plan Cuscatlán (PC)1 inicia ofreciendo “una nueva gobernanza” que se expresaría en “un aparato de Gobierno más eficiente, más compacto, más efectivo, más ciudadano, menos político y más técnico… que elimine los “cacicazgos institucionales”, que saque del mapa las prioridades personales o de pequeños grupos, y que ponga más interés en las prioridades ciudadanas”…., lo que implica “repensar de forma gradual todo: desde cómo concebimos el país hacia el futuro, hasta cómo debe ser una nueva arquitectura del aparato del Estado para poder ejecutarlo”.

Una buena entrada para quienes vemos la necesidad de reestructurar el Estado salvadoreño como premisa para esperar un funcionamiento diferente.

El estilo de gobernar se plantea como “integrador y horizontal, devolviéndole el gran protagonismo a la gente”. El gobierno, dice Bukele, “empieza con ustedes y termina en ustedes. Es decir que, cada salvadoreño y salvadoreña es el centro de nuestro gobierno”.

Para evitar que los gabinetes ministeriales sean “compartimientos estancos”, “desconectados unos con otros, trabajando de espaldas a la realidad nacional”, el nuevo presidente propone formar 8 “Equipos de Gobierno” que de manera integral y articulada atenderán los problemas priorizados: 1.Bienestar social, 2. Seguridad, 3. Migraciones y trabajo, 4. Internacional, 5. Industria, producción y tecnología, 6. Economía, beneficios sociales y finanzas, 7. Fomento y obras públicas y 8. Desarrollo territorial. Se anuncia, además, la ejecución de 262 proyectos durante la gestión presidencial, 20 obras por día y 12 proyectos insignia.

Con esta introducción al PC, resulta interesante analizar lo que, bajo el título “MUJERES”, constituyen las propuestas de políticas del nuevo gobierno, orientadas para las salvadoreñas. Las mismas están ubicadas en el Equipo de Bienestar Social (EBS) que tiene como función garantizar “desde el inicio, una mejor vida para esta generación y para las que están por venir. Apostamos por la creación de un gran compromiso entre un gobierno responsable y eficiente, y una ciudadanía empoderada”.

El EBS incluye dentro de sus atribuciones: la salud, la educación, la seguridad, el deporte, los derechos humanos, la cultura, el medio ambiente, la juventud y la mujer. Véase la incorporación de temáticas sociales a la par de las poblaciones a beneficiar.

Las 15 páginas del capítulo “Mujeres” del PC contienen elementos diagnósticos de los cuales se ha partido para proponer las medidas que superen los problemas priorizados. Se mencionan las dificultades económicas de las mujeres, su desprotección social, su baja participación en la vida política, la violencia que enfrentan y el silencio que la rodea, el irrespeto a sus derechos humanos y la desigualdad.

La propuesta para las mujeres, reconoce desde el principio, el estado de “exclusión, violencia y abandono” en que se desarrollan las salvadoreñas hacia las que se dirigirán los beneficios de la política. Y aunque también reconoce la existencia de “ciertos esfuerzos y proyectos que buscan paliar esta situación, poco o nada se ha logrado debido a las condiciones de pobreza, a la falta de acceso al sistema de salud y la carencia de apoyo por parte de las familias y el gobierno”. Se habla también de la situación de las niñas y del mayor problema que enfrentan, el abuso sexual: “cada día 2 niñas son abusadas sexualmente y cada año 20,000 niñas resultan embarazadas. De ellas, solo 1,000 van a la escuela, las demás, entran en condiciones de trabajo informal”.

En este telón de fondo, se dispersan varias ideas que reflejan enfoques y estrategias que eventualmente estarían ejecutándose para enfrentar dichas problemáticas: “se ha considerado tener, una política con un enfoque de género en todo su accionar y en todas las áreas: educación, salud, vivienda, espacios públicos, transporte, seguridad pública, economía y emprendimiento, derechos laborales, migración, niñez y adolescencia. Esto se traduce a tener un verdadero mecanismo que garantice alcanzar la igualdad y equidad de género reales y que asegure el pleno ejercicio y garantía de los derechos de las mujeres como principio y no como meros discursos electorales”. Este verdadero mecanismo parece estarse refiriendo al actual ISDEMU, el ente rector de la política para las mujeres, cuyo decreto legislativo le da fortaleza para que funcione independientemente del gobierno que tenga el órgano Ejecutivo.

“Debemos instalar una política analítica y muy acuciosa sobre las causas de exclusión, violencia y desigualdad, incluso llegando a detalles territoriales, con el fin de aplicar las mejores estrategias y salir más allá de proyectos puntuales o iniciativas aisladas, ya que el costo de no invertir en estas áreas es alto para todo el país, y afecta a todas las aristas posibles: social, económica, productiva, de seguridad, etc. No queremos tener más generaciones condicionadas e históricamente vulneradas”, puntualiza el documento.

Destacamos el hecho de que, esta propuesta fue elaborada tomando en cuenta la “Plataforma de Derechos Humanos”, presentada por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos a los candidatos presidenciales 2019, y la “Plataforma de Demandas por la Igualdad. Nada sobre nosotras, sin Nosotras”, presentada por la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, con el objetivo de “estar en sintonía con las grandes luchas que miles de mujeres salvadoreñas han realizado durante años y quienes, gracias a la sororidad y a la presión social, han logrado conquistar, poco a poco, derechos en las áreas de salud sexual y reproductiva; derechos económicos; fortalecimiento de mecanismo de igualdad de género; fortalecimiento de los gobiernos locales desde la articulación con el gobierno central para la territorialización de las políticas de igualdad; derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y la educación inclusiva”.

 

Conclusión

En esta primera mirada, el Plan Cuscatlán está partiendo de unas premisas importantes, no solo porque hay un reconocimiento de que se ha hecho tomando en cuenta propuestas venidas del movimiento de mujeres y de las reflexiones que se han venido haciendo por todos estos años, sino también porque se están asumiendo las causas estructurales generadoras de la desigualdad, la violencia y la discriminación que enfrentamos las mujeres.

No hay una mención explícita de que estas causas están vinculadas al sistema patriarcal capitalista neoliberal, imperante en nuestra sociedad, pero las feministas sabemos que este es el marco estructural que genera las condiciones oprobiosas en que vivimos las mujeres.

Además, es interesante el tipo de gobierno que se describe en el texto: integrado, eficiente, que sea capaz de dar respuestas concretas y articuladas a los problemas y romper con los feudos que se crean en cada oficina ministerial.

También genera expectativa, la promesa de devolver protagonismo a la gente. Este elemento es clave para que el nuevo gobierno abra sus ojos y oídos y deje de ser ciego y sordo ante las demandas de la ciudadanía. En este sentido, el gobierno podría encontrar en el movimiento de mujeres interlocutoras válidas, legítimas y con mucha capacidad para proponer soluciones viables a las problemáticas señaladas.

Ante este panorama, nuevamente se constituye en el desafío del momento, la capacidad de diálogo y negociación que podamos tener como sujetas políticas al interior del movimiento de mujeres, para que seamos capaces de responder con fuerza y sabiduría a los nuevos retos que demanda el momento político, en esta nueva etapa histórica de nuestra sociedad.

San Salvador, 26 de febrero del 2019.

 

1. Coordinadora de la Unidad de Género y docente e investigadora de la Universidad Luterana Salvadoreña.
    2. Todos los textos entre comillas son copiados textualmente del documento Plan Cuscatlán.

 

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