Miércoles, 07 Noviembre 2018 00:00

Estado neoliberal moderno y mercado

Public Domain Mark 1.0

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Armando Briñis Zambrano*

 

El Estado Neoliberal moderno supone de manera general una doble ruptura, primero con la idea de lo político propio de la modernidad y segundo con el perfil del tipo de Estado de Bienestar, producto de la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial. El Estado no tiene como fundamento la previa libertad del sujeto; más bien tiene su fundamento en la capacidad fáctica para el mantenimiento del poder como dominación del capital sobre la fuerza de trabajo y la clase trabajadora en general.

En el Estado Neoliberal, el fundamento de la legitimidad no viene de la mayor capacidad para expresar la soberanía del pueblo; su fundamento está en el cumplimiento de los requisitos formales (no reales) de una democracia representativa burguesa. El Estado Neoliberal se desentiende de la suerte de las personas, para ello está el mercado, como garante de la felicidad de todos los sujetos.

De ahí que dicho Estado, no debe intervenir en lo económico, ni para responder a la demanda social, ni para proteger la producción nacional, ni para incrementar el mercado interno, ni para favorecer el empleo. Para todo ello está la empresa privada. El mercado es como la “mano invisible” que ordena la realidad, garantizando la pervivencia de los aptos y la depuración de la especie humana con la muerte del débil. La única función del Estado Neoliberal es el de velar por el cumplimiento de las leyes del mercado.

El Estado es sólo un Estado gendarme velando porque el capitalismo y sus leyes funcionen a plenitud. Como se considera que todo Estado, sólo por serlo, es necesariamente corrupto e ineficiente, entonces hay la necesidad de privatizar todos sus activos. Debe promover la liberalización del mercado, promoviendo tratados de libre comercio, sin proteger la producción y el mercado nacional. La nación no existe, el capital no tiene patria, va donde hay negocio.

A partir de las valoraciones anteriores la forma del Estado Capitalista está determinada por dos dinámicas: a) por la dinámica de la producción y acumulación de plusvalía por la clase dominante, en una formación económico-social determinada, y b) además responde a los niveles de acumulación de fuerza, de organización, de conciencia de clase y del desarrollo de la lucha popular por el logro de sus objetivos estratégicos.

De tal manera que el diseño del llamado Estado de Bienestar, respondió al propósito político-ideológico de frenar el gran desarrollo mundial de la protesta popular organizada en contra del capitalismo. Una vez que dicho desarrollo fue mermando y la lucha popular a favor de un proyecto socialista y en contra de la lógica del capital decayó, el Estado Capitalista ya no necesitó mostrar un disfraz de poder interesado en el bien común; ya era posible mostrar su verdadero rostro depredador y deshumanizante; ya le era posible presentarse justamente como lo que siempre ha sido y será: un instrumento de dominación en manos de la clase capitalista en contra de la clase trabajadora, esto es el Estado Neoliberal.

 

*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña

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