Miércoles, 03 Octubre 2018 00:00

El desafío de la deserción escolar en El Salvador: políticas sociales desde la escuela pública

"escuela" por Sergio Martínez, licencia bajo CC BY 2.0

 

 

Deysi Cheyne*

 

 

El presente ensayo analiza e interpreta el problema de la deserción escolar en el sistema educativo público durante el periodo 2009-2014, es decir, durante la gestión del expresidente Mauricio Funes, cuyo Ministerio de Educación (MINED) implementó el Plan Social Educativo “Vamos a la escuela” (PSE), considerado el inicio en la implementación del nuevo modelo educativo salvadoreño, pasando de la escuela tradicional a una Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno (EITP).

Los programas sociales que han formado parte del PSE incluyeron, entre otros: el Programa Presidencial Dotación de Paquetes Escolares, el Programa de Alimentación y Salud Escolar y el Programa Presidencial “Vaso de Leche” [CITATION MIN101 \p "60 Cap. VII" \t \l 17418 ], con sus correspondientes componentes específicos como uniformes, zapatos, útiles escolares, libros de texto, cafetines saludables y huertos escolares. En su conjunto, esta intervención gubernamental pretendió desde sus inicios enfrentar uno de los problemas más serios del sistema educativo: la deserción escolar y sus consecuencias para el desarrollo humano del país.

Revisando los datos estadísticos ofrecidos por el MINED en el periodo mencionado2, se constata que no se ha logrado superar las tasas de deserción escolar y en algunos niveles, ésta se ha visto aumentada considerablemente. Entender cuantitativamente el fenómeno de la deserción y su vinculación con otros factores externos, en el marco de programas sociales que pretendían su disminución, es el propósito de este análisis, buscando pistas para una interpretación cualitativa del mismo y la identificación de posibles caminos para reducirla.

 

Desarrollo

En el informe: “Educación de El Salvador en cifras 2009-2014” se considera alumno/a desertor/a, quien se matriculó en el año “t” y que abandona la escuela en el mismo año “t”, sin haber terminado los estudios exigidos del ciclo escolar en que se matriculó3. De acuerdo a este concepto y tomando en cuenta los datos estadísticos ofrecidos a nivel nacional, la deserción ha disminuido tanto en Educación Básica como en media.

En 2014 se registran 8,790 casos menos que en 2009, (2009: 82,533. 2014: 73, 743), cifra que en términos relativos representa el 10.7% de los estudiantes que desertaron ese año. En correlación con la magnitud de las matrícula, las mayores deserciones en 2009 se observan en San Salvador (18,959) y Santa Ana (11,544). En 2014, son los mismos departamentos señalados los que presentan las mayores cantidades de estudiantes que se retiran, con cifras de 14,693 y 6,877. Mientras que en Educación Media (2009), los estudiantes que abandonaron los centros educativos fueron en total 18,194 y en 2014 se tuvo 17,968. Sin embargo, en educación media, los departamentos que aumentaron la deserción en este periodo fueron: San Salvador, Sonsonate, Chalatenango, Cuscatlán, La Paz, Usulután, Morazán y La Unión. El caso de La Paz llama la atención en tanto el aumento de la deserción es de 868 estudiantes. En los otros seis departamentos restantes se produjeron disminuciones4.

Porcentualmente, en Educación Básica se registra un leve aumento en 2014, en los departamentos de Ahuachapán, Chalatenango, Cuscatlán, La Paz, Cabañas, Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión. Para 2014, en Educación Media, los departamentos que aumentaron la deserción porcentualmente fueron: Ahuachapán, Chalatenango, Cuscatlán, La Paz, Cabañas, Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión, siendo Usulután el departamento con el porcentaje más alto (14.1%)5. De acuerdo al informe, las causas de la deserción son muy diversas, pero en 2009, la que se destaca como mayoritaria es la de “Cambio de domicilio del estudiante” (31,857), seguida por “Otras causas” (14,682) y “Se fue a otra escuela con 9,436“. La misma tendencia se da para 2010.

Según el análisis del MINED, “el 6.3% de los casos se dio por la causa “Los padres no quieren que asista a la escuela”. Este dato es importante, ya que podría reflejar cierto efecto del crimen y la violencia en la conducta de los padres y madres hacia la integración de los hijos al sistema escolar o la baja apreciación social que las familias conceden a la educación. Trabajo agrícola y delincuencia son las causas que afectaron cada una al 6% de los estudiantes de ambos géneros. Teniendo en cuenta el sexo, se observa en 2009 que el “trabajo agrícola”, afecta particularmente a los estudiantes del sexo masculino y el “trabajo en labores domésticas” genera mayor abandono en estudiantes del sexo femenino, esto por los roles sociales, productivos y reproductivos que tradicionalmente se asigna a los sexos. La “delincuencia” afecta más a los niños o estudiantes del sexo masculino. El resto de causales, afecta más o menos igual a estudiantes del sexo femenino y masculino. Igualmente, la “delincuencia” aumentó la cifra relativa de estudiantes que afecta, con el 11.5%. El “cambio de domicilio del estudiante”, siempre es la causal que afecta a más estudiantes, (28.6%), incidiendo más en alumnos que en alumnas. Se destaca, además, la deserción en las estudiantes por “Embarazo”: 1,242 en 2009; 1,476 en 2010; 1,164 en 2011; 1680 en 2012 y 1,235 en 20136. Llama la atención el brusco aumento en los embarazos en el año 2012, año en que se decretó la tregua entre pandillas y que fue reportado por la PNC como el año donde aumentó considerablemente la violencia sexual.

“En términos globales, las 18 causas identificadas produjeron el retiro de 115,549 estudiantes en 2009 y de 125,804 en 2014. Se advierte un incremento al final del período de 10,255 estudiantes. En tal sentido se observa que el sistema no ha mejorado su capacidad de retención de estudiantes. Por las causas señaladas, los estudiantes del sexo masculino abandonan más los estudios que las alumnas, así en 2009, abandonaron 50,995 alumnas y 64,554 alumnos: las cifras al final de los seis años son: 55,881 alumnas y 69,923 alumnos”7. Esta evolución del fenómeno de la deserción escolar en este periodo donde se implementaron los programas sociales mencionados anteriormente, cuyo propósito fue, precisamente, disminuirla, resulta más que paradójico, tomando en cuenta la fuerte inversión pública en ellos y el impacto que tuvieron en la calidad educativa. Particularmente, el programa Presidencial “Dotación de Paquetes Escolares” tenía como uno de sus objetivos: “Asegurar el acceso y la permanencia de los niños y niñas en la educación parvularia y básica secundaria en los centros educativos públicos de todo el país”8.

Considerando que a partir del año 2014, en el marco del Plan Quinquenal de Desarrollo (PQD), Objetivo 2, se establece la meta 2.4 de “Ampliar la cobertura de la dotación de paquetes escolares al 100% de la población estudiantil que cursa bachillerato en centros educativos públicos (150,000 estudiantes)[CITATION Sec15 \p 122 \l 17418 ]”, era importante revisar críticamente si el propósito educativo de esta intervención en la escuela pública se estaba cumpliendo, o si como se plantea: “Se ha comprobado que fenómenos educativos, antes circunscritos al ámbito del sistema, hoy son causados por componentes de la realidad que son extra-educativos (fuera del sistema), pero su capacidad de afectación es considerable9.

 

Conclusiones

Tal como lo señala el Informe de Desarrollo Humano El Salvador 2018 del PNUD10, la deserción escolar es uno de los principales desafíos que tiene el país, ya que el 37% de jóvenes entre 15 y 19 años no asiste a la escuela, lo cual estaría imposibilitando alcanzar su desarrollo. Pasar del desarrollo medio al alto requiere atender a los jóvenes más vulnerables y para ello se necesita frenar la deserción escolar, garantizar la inserción laboral, garantizar la igualdad educativa y de sistemas de cuidado, proteger contra la violencia, entre otros.

Sin duda, la deserción escolar es cruzada por múltiples factores intra y extra educativos como lo reflejan las causas reportadas. Su abordaje trasciende la propia escuela y demanda una intervención multidisciplinar y sectorial. El enfoque de género es indispensable para interpretar adecuadamente los impactos diferenciados en las y los jóvenes, así como el estudio cualitativo de casos específicos. La violencia y la inseguridad están teniendo un peso muy grande en este problema y mientras no se logre articular una intervención social integral que involucre a los diferentes actores públicos y de la sociedad civil, será muy difícil lograr resultados más favorables. Siendo que el presente y el futuro del país están asentados en la actual generación de jóvenes, vale la pena que el tema sea asumido como uno de los desafíos nacionales que urge sea colocado en la agenda pública de futuros gobernantes.

 

 

1 Según el MINED, la deserción se calcula con el método intraanual (Matrícula Inicial menos Matrícula Final). Es importante mencionar que en el año 2014, hubieron 26 Centros educativos que no reportaron matrícula final, los cuales no han sido considerados en el cálculo de los desertores.

2 MINED. Educación de El Salvador en cifras 2009-2014. Pág.34.

3 Ibídem. Pág. 6.

4 MINED (2016). Análisis de la Dinámica Educativa de El Salvador, en el periodo 2009-2014. San Salvador. Pág.18.

5 Ibídem. Pág. 20.

6 Ibídem. Págs. 21, 22 y 23.

7 Ibídem. Págs. 24 y 25.

8 Ocampo, Roberto. (2013). “Programa de dotación de Uniformes, Zapatos, y Útiles Escolares para estudiantes de Educación Parvularia y Básica de Centros Educativos Públicos”. Documento conceptual.

9 MINED (2016). Análisis de la Dinámica Educativa de El Salvador, en el periodo 2009-2014. San Salvador. Pág.18.

10 Tomado de El Diario de Hoy del 21 de septiembre de 2018.

 

 

 

Referencias Bibliográficas

 

  • El Diario de Hoy del 21 de septiembre de 2018. Pag.36.

  • MINED (2016). Análisis de la Dinámica Educativa de El Salvador, en el periodo 2009-2014. San Salvador. Recuperado de: https://www.mined.gob.sv/EstadisticaWeb/publicacion/ANALISIS-DINAMICA-EDUCATIVAMINED.

  • MINED. (2016). Educación de El Salvador en cifras 2009-2014, San Salvador.

  • MINED. (2010). Plan Social Educativo 2009-2014 "Vamos a la Escuela". San Salvador, El Salvador, C.A.: Ministerio de Educación de la República de El Salvador.

  • Ocampo, Roberto. (2013). “Programa de dotación de Uniformes, Zapatos, y Útiles Escolares para estudiantes de Educación Parvularia y Básica de Centros Educativos Públicos”. Documento conceptual.

 

*Investigadora y catedrática de la Universidad Luterana de El Salvador

 

 
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