Miércoles, 13 Enero 2016 00:00

El pensamiento de Xabier Gorostiaga

imagen: Página 12 imagen: Página 12

Dagoberto Gutiérrez

 

El Padre Jesuita Xabier Gorostiaga (1937-2003), de inteligencia elevada, de humanidad intensa y de compromiso total, publicó en septiembre de 1996 y durante el Segundo Encuentro Mesoamericano de Filosofía: “Mundialización y Liberación”, un trabajo que diseña su pensamiento sobre la situación de Centroamérica para el año 2015. A estas alturas, el Padre Gorostiaga pensaba que Centroamérica sería convertida en una mezcla ingobernable de Somalia y Taiwán. Somalia, por el fraccionamiento del territorio y de la vida total, tal como ocurre en este país africano, que se toma como referencia. Y, en cuanto a Taiwán, hay que decir que los acontecimientos de Centroamérica no establecieron las condiciones para que el modelo económico a construirse fuera una copia del modelo de la economía taiwanesa, y más bien, los acontecimientos políticos y económicos construyeron condiciones que finalmente impidieron cualquier aproximación, siquiera mediana, a Taiwán, porque se alejaron de un Estado moderno, de una economía desarrollada, de una capacidad de producción y de exportación, de un desarrollo de la ciencia y la tecnología y, en fin, de todo lo que puede ser una aproximación a Taiwán.

 

Recordemos que era un momento del fin de una serie de guerras que habían impactado a la región, que se cultivaban grandes ilusiones y esperanzas sobre lo que suele llamarse paz, que no se reparaba en que el modelo económico que se aplicaba en ese escenario donde las masas populares habían bajado la guardia, llevaría a una situación que el Padre Gorostiaga calificaba de un “caos de baja intensidad”. Pero, además, elaboró una serie de reflexiones que casi 20 años después coinciden plena y totalmente con lo que la realidad, tenaz y reincidente, nos presenta.

 

Veamos algunos puntos:

 

Afirmó el Padre Xabier: “no se prevé un retorno a procesos revolucionarios armados sino una descomposición del tejido social, una especie de somalización en territorios indígenas, zonas campesinas, y un incremento de la inseguridad ciudadana urbana que sustituirá a la situación de guerra de la década de los 70 y 80”.

 

Esta afirmación nos presenta ideas profundas como el fenómeno de la descomposición social, la somalización y la inseguridad. Los 3 fenómenos caracterizan la situación actual y en El Salvador son fundamentales para entender nuestra realidad. La somalización, junto con la profundización de la guerra social, son los puntales decisivos de la coyuntura porque la guerra actual se extiende y se profundiza; mientras el fenómeno llamado somalización, con referencia a lo que ocurre en Somalia, un país africano del este de ese continente y ribereño con el océano Indico, nos está indicando que nuestro territorio, inteligencia social, economía, cultura, poder, funcionan en islas e islotes parciales y los seres humanos que han dejado de ser ciudadanos y se han convertido en esclavos, someten su vida a regulaciones imperantes en cada ámbito. Mientras, el Estado desaparece diariamente.

 

Gorostiaga establece el funcionamiento de enclaves modernizantes y se refiere a la situación de la clase media, urbana y rural, luchando entre la disyuntiva de incorporarse al sector modernizantes para no ser absorbido por el proceso de exclusión y pobreza, o su incorporación al “mercado delincuencial” (droga, contrabando, pandillas urbanas y rurales). Esta también es una afirmación que grafica fielmente la situación actual. El Padre Gorostiaga vislumbró este fenómeno profundo desde 1996 y su referencia a las clases medias es muy valiosa porque este es un aspecto caracterizante de la coyuntura, dado que este sector intelectual tiene un trato político muy calculado y se trata de someterlo a una situación en donde carezcan de las condiciones para elaborar un pensamiento político, para organizar la resistencia social y/o promover la rebelión.

 

Este brillante sacerdote jesuita afirmó que la cooperación externa encontrará cada vez menos sujetos de cooperación, tanto en los países donantes como en los receptores, que se reducirá la cooperación al desarrollo y que Centroamérica podría desaparecer de la agenda de la cooperación internacional, en el marco de una creciente ingobernabilidad y descomposición social. Gorostiaga llegó a afirmar que si se diera un estallido social no sería cercano a los acontecimientos revolucionarios de los años 80 sino, más bien, parecidos a los acontecimientos de Chiapas.

 

En su mismo trabajo, el Padre Xabier aborda el problema del papel de los Estados y se refiere a que los Estados han demostrado que carecen de sentido en este esquema desolador y que se limitarán a proveer los servicios administrativos y diplomáticos que las grandes empresas transnacionales pueden necesitar. Aquí se trata de presentar el desmontaje que los Estados sufrieron en el ejercicio de las funciones públicas que las Constituciones les entregan y su conversión en simples instrumentos administrativos y legales de las grandes empresas transnacionales que operan en sus países. Eso es precisamente lo que ocurre en El Salvador.

 

El Padre Gorostiaga se refiere a dos realidades diferenciadas y enfrentadas en las sociedades centroamericanas. Por un lado, el de la realidad de los niveles superiores de la economía y la política, donde hay progreso, fortaleza económica, éxito y crecimiento de las posibilidades de vida. Es el mundo de las grandes empresas extranjeras que tienen a su servicio al Estado, y el nivel inferior de la sociedad que es el de los sectores que carecen de todos estos aspectos, pero que se las han arreglado para sobrevivir y llegar a ser fuertes para contar con su propio poder. Esto es lo que determina el fenómeno guerra que domina nuestra realidad social.

 

Hay una referencia en este pensamiento que comentamos a la ausencia de un contrato social, como le llama este pensador jesuita, a una especie de acuerdos entre sectores diferentes para lograr la estabilidad en los países de la región, y observa muy sabiamente que aquella alianza tradicional entre las oligarquías, los militares y los Estados Unidos, ya no existe, aunque, afirma audazmente, que “podría retornar bajo formas de una democracia restringida y tutelada”. Esta afirmación es sometida a la prueba de fuego de una coyuntura regional aparentemente dominada por el peso multiforme del narcotráfico.

 

El Padre Gorostiaga abordó el problema de las drogas que transitan por CA hacia los EEUU y afirmó que “esto corroe el sistema político de la región y enferma la economía con excesos de capitales sin control, que buscan en la especulación y en el lavado de dólares, una incorporación legal a la nueva CA”. Esta fue una sabia consideración porque es, justamente, el sistema político lo que aparece quebrado, desprestigiado y sin posibilidades de recuperarse; mientras millares de jóvenes pasan de ser carne de cañón a carne de droga, tal como afirma el Padre Gorostiaga.

 

Se trata de un pensamiento agudo y profundo, propio de alguien como el Padre Gorostiaga que siempre estuvo muy vinculado a la realidad, que supo buscar en medio de los meandros más sinuosos, el curso de los acontecimientos, y que nos dejó el legado valioso de su pensamiento. En estos momentos necesitamos estudiarlo, pensarlo y asimilarlo. Nunca como hoy hemos necesitado de alguien como Xabier Gorostiaga.

 

Vicerrector de la Universidad Luterana Salvadoreña

Visto 4820 veces Modificado por última vez en Jueves, 14 Enero 2016 17:42