Jueves, 28 Mayo 2015 00:00

El caso de la lectura: una realidad que se presenta y otra que se esconde

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David Quintana*
 
La lectura constituye un medio universal que permite al ser humano no solo llegar al conocimiento, sino también transformarlo en función de las necesidades de la vida cotidiana. En este sentido, el presente artículo tiene como propósito principal generar un análisis que permita una aproximación al entendimiento de la  complejidad  que representa  la lectura para los  estudiantes dentro del sistema educativo, a la luz  del contexto salvadoreño, en la constante búsqueda de comprender “la realidad” desde la perspectiva teórica de Hugo Zemelman y Karel Kosik. 
 
Introducción: 
En los albores de la historia de la humanidad se observa que  la lectura apareció ligada a la escritura como constitutivos inseparables  de manera universal, siendo inicialmente de forma empírica e informal ante la misma necesidad de comunicación de la especie humana. Con el paso del tiempo ésta se ha  diversificado en correspondencia con el avance de la tecnología. 
 
Al respecto, el Sistema Educativo, innegablemente, ha desempeñado un rol fundamental en el génesis y desarrollo de la lectura a nivel de país, haciendo que “gran parte de la actividad escolar haya estado organizada en torno a la comunicación escrita” (Sánchez, 2013, p. 12), donde los estudiantes han tenido que leer,  comprender y valorar críticamente la información contenida en los textos utilizados, en todos los niveles educativos, dejando huellas imborrables  en la niñez y juventud salvadoreña, lo cual es necesario como parte de la formación integral del estudiantado. 
 
La complejidad 
Más de 70 años han transcurrido  a partir del surgimiento del Ministerio de Educación en El Salvador,  dejando como resultado, desde los primeros niveles educativos, niños que leen, pero que no entienden, que memorizan un texto pero que no tienen criterio al respecto, ni comprenden la idea central del autor, es decir, estamos percibiendo que  “la realidad que se nos presenta resulta ser solo apariencia” (Kosik; 1967), pues  el estudiante en Educación Parvularia “lee una lección” sin ver la página y la maestra lo felicita por haber dicho el contenido “correctamente.” 
 
De esta forma, “la representación que se observa es por lo general contradictoria a la realidad” (Kosik; 1967), mostrando una realidad que perdura en el tiempo y que da la pauta para empezar a comprender por qué  “un 51.15% de la población salvadoreña, [asegure] nunca haber leído un libro completo en su vida”. (Cañas, 2005)  dejando de lado “el supuesto de la direccionalidad de la realidad en la medida que ésta se segmenta” (Zemelman; 2000: 28), pues, por ejemplo,  al observar el dato estadístico, parecería que “solo” se trata de un problema cultural, o de descuido de la labor docente, que pasó por alto  otros componentes como el económico, político, social y cultural. Al respecto quedan encubiertas preguntas como estas: ¿Será que se cuenta con el dinero para comprar el libro?, ¿Habrán contribuido los padres y madres  de familia a formar hábitos de lectura en los niños y niñas?, ¿Cuál fue la labor de los medios de comunicación?, ¿será que el maestro o maestra hizo bien su trabajo?, etcétera. 
 
La respuesta se torna compleja en la medida  que,  de acuerdo a Kosik: (1967)  “para llegar a la verdad no existe un camino directo, ya que se requiere ir mediante un rodeo del fenómeno de la esencia” donde no solo es suficiente unir los componentes involucrados, como sostiene Zemelman, sino que se trata de crear los hechos que permitan su intervinculación, lejos de lo que muestra la apariencia en la mayoría de los casos, tal y como lo hacen las estadísticas al tratar los fenómenos de la realidad  como problemas uni-causales, es decir  vistos desde un solo ángulo. 
 
De ésta forma resulta necesario  considerar que  la cultura juega un papel  importante para  fomentar la lectura como  práctica cotidiana en la sociedad. Siendo consciente que ésta se encuentra en constante movimiento, sin embargo los patrones de análisis de lectura en la sociedad se mantienen estáticos como si el tiempo y el espacio se mantuvieran inmóviles, lo cual  en sí mismo, acorde a Zemelman (2000: 23), “puede generar confusión desde los parámetros desde los cuales se observa” puesto que muchos de los problemas educativos, siendo el caso de la formación de hábitos de lectura, se siguen analizando de forma unánime desde la perspectiva cuantitativa, casi mecánicamente, obviando la caoticidad y dinámica de la realidad. 
 
En este sentido, debido al inadecuado tratamiento de las diversas interrelaciones de los componentes de la realidad,  la lectura progresivamente se ha vuelto uno los problemas más recurrentes en el sistema educativo salvadoreño al grado de considerar que "la mitad de los salvadoreños no leen casi nunca", y que "la afición por la lectura no sólo no crece sino que decrece", dado que  "los niños pasan más horas con la televisión, las maquinitas de juegos de video que con los libros" (Chacón, 2006, citado por Renderos Alvarenga et al. 2007, p. 1), explicando así parcialmente la realidad, pero escondiendo la mayor parte de ella. 
 
Esto, a su vez, ha dejado como resultado que la situación  se agrave aún más, pues cuando los estudiantes llegan al nivel de Educación Superior  con frecuencia se  evidencia que  “no leen y los que lo hacen no entienden el significado de las palabras , teniendo dificultades para  interpretar las ideas, conceptos e intereses que el autor expresa” (Argudín y Luna 1994, p. 1), lo cual en sí mismo representa un problema, pues los estudios universitarios demandan de mucha lectura en tiempos relativamente cortos. 
 
Acorde a  Argudín y Luna (1994),  existe un “alto porcentaje de los estudiantes que carecen de las habilidades y destrezas lectoras básicas, obstaculizando el proceso mismo del aprendizaje, “empobreciendo las posibilidades de desarrollo profesional y, en general, las capacidades culturales y humanas, produciendo en los estudiantes  el desarrollo  de actitudes de aversión y rechazo a la lectura, sumamente perjudicial para la vida académica altamente competitiva en el nivel universitario. 
 
Conclusión: 
Tanto la perspectiva de realidad de Hugo Zemelman como la de Karel Kosik permiten observar los errores que continuamente se comenten al estudiar muchos de los problemas sociales, siendo este el caso de la lectura. Por lo general se suele segmentar los factores que intervienen, mostrando únicamente apariencias en que se esconde gran parte de la esencia de los fenómenos en estudio. 
La problemática de  lectura en todo el Sistema Educativo debe ser vista, de acuerdo a Zemelman, en diversos tiempos y espacios de forma consecutiva, considerando su articulación entre conceptos e indicadores  en diversas direcciones, vinculándose con las condiciones estructurales (económicas, políticas, sociales y culturales ), pero no como una suma de factores propio del paradigma positivista, sino como un conjunto de interrelaciones entre las distintas estructuras políticas, económicas, sociales y culturales, dado que, de acuerdo a Kosik (1967), “la realidad solo puede comprenderse como la unidad entre el fenómeno y la esencia,” a fin de tener un mayor panorama de la problemática en estudio. 
 
*Docente Departamento de Educación de la Universidad Luterana Salvadoreña.
 
Referencias 
Alarcón P. L. y Fernández P. J. (2006).  La lectura crítica como herramienta básica en la educación superior. En Revista Graffylia No. 6 pp. 46-55. Recuperado el 21 de diciembre de 2009 de: http://www.filosofia.buap.mx/Graffylia/6/46.pdf  
Argudín, Yolanda y Luna, María. (1994).  Habilidades de lectura a nivel superior. 20 de april de 2015, de Sinéctica 5. Recuperado de:http://sinectica.iteso.mx/assets/files/articulos/05_habilidades_de_lectura_a_nivel_sperior.pdf  
Cañas, Gladys. (2005).  Diagnóstico de hábitos de lectura de los estudiantes de bachillerato del área metropolitana de San Salvador (tesis de pregrado). Universidad Dr. José Matías Delgado; Antiguo Cuscatlán, La Libertad: El Salvador.  
José del Valle, María. (2012).  Variables que inciden en la adquisición de hábitos de lectura de los estudiantes (Consultoría). Ministerio de Educación: Guatemala.  
Kosik, K. Dialéctica de lo concreto. (1967) Estudio sobre los problemas del hombre y del mundo. México. Editorial Grijalbo.  
Madero Suarez, Irma Patricia; Gómez López, Luis Felipe. (2013).  El proceso de comprensión lectora en alumnos de tercero de secundaria. Revista Mexicana deInvestigación Educativa, 18/56, 113-139. 
Mendoza, J. (2008) El proceso de Investigación Científica en la obra de Karel Kosik.  
Sánchez Chévez, Luisa Emilia. (2013).  La comprensión lectora: hacia una aproximación sociocultural. Diá-logos, 7/12, 7-16.  
Zemelman, H. (2000). Conocimiento y sujetos sociales: contribución al estudio del presente: México. Centro de Estudios Sociológicos.
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