Sábado, 07 Marzo 2015 00:00

Votaciones en la sombra de la bancarrota de la democracia burguesa

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Carlos Molina Medrano*

 

La jornada electoral del primero de marzo, que tal como se apuntaba con antelación, fue un calvario por la nueva modalidad de voto cruzado, culminó con serios problemas de credibilidad como era ya previsible. Las votaciones terminaron siendo una parodia electoral.

 

Hasta el día 2 de marzo no se supo de datos preliminares y fueron los propios candidatos quienes a partir de la información de las actas en cada Junta Receptora de Votos, se encargaron públicamente de agenciarse victorias o reconocer derrotas.

 

Es evidente que el Tribunal Supremo Electoral fue incompetente en cumplir varias obligaciones emanadas del Código Electoral. También ha sido incompetente en incorporar las nuevas reformas ágilmente y estos se han visto reflejados en el maratónico proceso de recuento de votos.

 

En cualquier democracia burguesa eso funcionaría bien, con la incorporación de la tecnología, una adecuada formación de los actores territoriales e eficientes mecanismos de divulgación. Pero el problema fundamental de la democracia salvadoreña no se dirime a partir de estos problemas administrativos y logísticos, parece que son parte ya del folclore de una sociedad que descansa en la mediocridad de los dirigentes al frente de las instituciones gubernamentales.

 

Lo del primero de marzo ha sido en verdad el fracaso de la democracia burguesa salvadoreña, que descansa en las votaciones como la máxima expresión de la democracia, pero que el cuestionamiento ha ido más allá en esta ocasión. La ciudadanía ha increpado muy fuerte estas votaciones y lo ha hecho desde diversas trincheras como el voto nulo, la abstención y el cuestionamiento al Tribunal Supremo Electoral.

 

Se entiende que una democracia burguesa evita al máximo que la población haga política directamente. En una democracia burguesa fiel al republicanismo, primaría por el equilibrio de los poderes, sin embargo en El Salvador ni siquiera los partidos políticos confían en el poder judicial y niegan el papel de la Corte Suprema de Justicia, esto para mostrar un simple atraso.

 

Pero precisamente, uno de los secretarios generales de los partidos políticos achacó parte de la responsabilidad de lo acontecido a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia[1]. Lo cierto es que en la mayoría de países de Latinoamérica esta práctica de voto cruzado y voto por rostro es parte de la normalidad, y les ha dado a dichos países una cara de democracia burguesa “moderna”. En estas votaciones se ha hecho patente la laceración del poder político.

 

Sin embargo, la ciudadanía también ha hecho su parte, recién finalizada la jornada de votación, aparecieron en las redes sociales una cantidad regular de imágenes de votos anulados con sendos mensaje de inconformidad. Previsiblemente, los votos nulos han crecido en cantidad y el abstencionismo ha sido también parte de los triunfantes de esa oscura jornada, para agregar más problemas a esta democracia limitada.

 

A pesar de las caras supuestamente frescas, tampoco eso ha resultado en el incremento de la votación. En San Salvador todo apunta a que el nuevo alcalde Nayib Bukele ha ganado, pero sin que eso haya significado arrasar con su contrincante y menos que haya contribuido a aumentar la votación del municipio. De igual forma, Miguel Pereira se hace de la Alcaldía de San Miguel en medio de una fuerte abstención, similar situación acontece en Santa Ana y en Santa Tecla. El descredito de los partidos políticos no se resuelve con caras nueva parece ser el mensaje de los votantes.

 

Poco se sabe a estas alturas del abstencionismo, aunque todo apunta a que superará el 50% como ya venía siendo tradición en las últimas votaciones por alcaldes y diputados.Los graves problemas en el escritunio preliminar y el final solo han sido la cereza del pastel de un sistema político en debacle.

 

Lo real es que estas elecciones se dan en medio de una encarnizada lucha por el poder del país, el cual se dirime entre dos burguesías económicas con una práctica política oligárquica, y que decidieron apostarle al mercado electoral y no a la modernización de la democracia burguesa como factor que les acercara el control de una buena parte del aparato del Estado, vital para aventajar a su contrincante.

 

Así las cosas, se ven nubarrones muy grandes que minan el camino de la democracia burguesa en El Salvador. Tal parece que las votaciones no cambiarán nada en la política partidaria. Por lo cual, es preciso avanzar hacia otro tipo de democracia.

 

 

[1] «Medardo González admite errores en transmisión de resultados», http://www.elsalvador.com. [En línea]. Disponible en: http://elecciones.elsalvador.com/articulo/medardo-gonzalez-admite-errores-transmision-resultados-21826. [Accedido: 02-mar-2015].

 

*Coordinador de la Carrera de Ciencias de la Computación de la Universidad Luterana Salvadoreña

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