Lunes, 19 Junio 2017 00:00

Pistas para una Educación Superior con enfoque de competencias

David Quintana*

Hace más de un siglo,  resultaba incuestionable que toda Institución de Educación Superior (IES) orientara sus esfuerzos en la búsqueda  de la  formación de  profesionales altamente competitivos, quiénes en la práctica se caracterizaban por ser más “competidores” que “competitivos”,  al verse limitados para desempeñarse en un puesto de trabajo, motivo por el cual, estos últimos se convierten en el continuo  desafío de las Universidades, en la medida que el mundo laboral no solo requiere de profesionales que sepan más, sino que demuestren  lo que saben y sean capaces de aplicarlo de la manera en que se necesita.

Este planteamiento, es compartido por  Picardo (2016) quien sostiene que “ [las] empresas exigen más cualificación superior,  capacidad de autoprogramarse, responsabilidad individual, disposición de seguir planes flexibles  (…)” Es decir, de una amplia gama de dominios conceptuales, procedimentales y actitudinales, construidos en la relación dialéctica universidad-sector laboral.
 
Esta relación, parte de la premisa que “las competencias están concebidas y desarrolladas como el conjunto de conocimientos y habilidades necesarias para que los estudiantes se incorporen más fácilmente al mercado de trabajo, ya sea como técnicos, profesionales o mano de obra calificada” (Vargas: 2008). Sin embargo, la historia evidencia un arbitrario divorcio entre la academia y el sector productivo (empresarial), dejando como consecuencia; la formación de profesionales que pueden o no ser altamente calificados; pero no precisamente competentes en el mundo laboral actual.

Este distanciamiento entre lo académico y lo laboral, ha formado la idea que; “en la Universidad solo se enseña la teoría” siendo esto explicable al no contarse con los vínculos, espacios y/o recursos necesarios que posibiliten el desarrollo de experiencias reales o medianamente cercanas a lo que se enfrentará el estudiante en el campo laboral, situación que  a mediano y largo plazo conduce a la frustración, desgaste  y pérdida de oportunidades laborales.
 
Ante esta situación, la apertura  de la Educación Superior, orientada hacia un enfoque de competencias, parte de una consulta con los diversos actores vinculados al sector laboral, quienes en coordinación con las Universidades construyen el perfil del profesional que demanda el mercado laboral, esto  a su vez, permite que los saberes que formen en los futuros profesionales, se transformarán en competencias en la medida que optimizan el desempeño de las mismas, en contextos variados, lo cual estaría reduciendo la creciente incompatibilidad entre la oferta y la demanda, al analizar que la formación con que cuenta la mayor parte de los profesionales recién graduados de las IES, no corresponde precisamente a la demanda del mercado laboral.

En suma, el contexto actual demanda la relación Universidad-sector laboral, como pilar fundamental para la construcción de capital intelectual competente, más que competitivo, siendo esto posible mediante una reestructuración curricular que contribuya a elevar la garantía de éxito de los profesionales y  como consecuencia el desarrollo del país en general.

Referencias
Picardo Joao, O. (2016) Apuntes sobre teoría y praxis curricular. Primera Edición,  San Salvador, El Salvador, UFG Editores. ISBN 978-99923-47-560
Vargas Leiva M. R (2008) Diseño curricular por competencias. Primera Edición. México. ISBN: 978-607-95035-0-5

*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana

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