Francisco B. Mina*

Datos oficiales indican que por concepto de evasión de IVA hasta el cierre de 2015 (no existen datos del 2016) el Estado salvadoreño dejó de percibir 750 millones de dólares, mientras que organismos internacionales (FMI) estiman una evasión del Impuesto Sobre la Renta en otros 750 millones.

Estos números precisan que los fondos con los cuales se quedan las empresas y personas naturales superan los mil 500 millones de dólares anuales. Por otra parte, existen unos 19 mil casos, entre personas naturales y jurídicas, que utilizan diferentes recursos que la ley permite para no hacer efectivos sus pagos al Estado, esto por un monto de 675.22 millones de dólares.

Estamos hablando de empresarios del gran capital salvadoreño o representantes de las transnacionales que no quieren pagar, que evaden los impuestos o están en mora. Entre las empresas señaladas están El Salvador TELECOM S.A. de C.V., CPK Consultores, Empresas Lácteas Foremost, Ilopania, Servicios Conjuntos de Seguridad S.A. de C.V., COPRECA, Centros de Estudios Fiscales y Financieros S.A. de C.V, .Salvanatura, Consultoría y Servicios de Aduna Tobar Toloza, entre otros.

En total, son 11,111 contribuyentes con una mora que asciende a $210, 389,957.48. En el último listado publicado están las deudas mayores a $100,000 que tienen más de 10 años de antigüedad al 30 de septiembre de 2016 y se trata de 112 deudores.

También el gobierno comienza a adoptar medidas para la adopción de un nuevo esquema de fiscalización de contribuyentes y el control efectivo por incumplimiento con sus obligaciones tributarias de IVA y Renta.

En esto último hay que tener extremo cuidado, para que no se convierta en el método para que los que pagan sus impuestos, sean de una u otra manera los relmente afectados. Las medidas deben estar dirigidas sin excusas ni pretextos hacía las grandes empresas evasoras, hacia esos que han evadido más de 1 500 millones de dólares del fisco salvadoreño.

Estas medidas debieron haberse tomado mucho antes, y deben permitir la recaudación de los recursos necesarios para que el Estado salvadoreño cumpla sus obligaciones, cese la espiral de endeudamiento que compromete el futuro de nuestras hijas e hijos y mientras no se dirijan contra los sectores medios y populares que pagan sus impuestos año tras año.

El que gana más está obligado a pagar más.

*Colaborador de la Universidad Luterana Salvadoreña.