Fotografía de dominio público, tomada de Pexels.

Armando Brinis Zambrano*

*Director de Investigaciones de la Universidad Luterana Salvadoreña

El martes 17 de mayo Estados Unidos superó el millón de muertes por COVID-19, con lo que se convirtió en el primer país del mundo en rebasar esta trágica cifra según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

De acuerdo con las cifras registradas, el país contaba con 1.000.037 fallecidos a las 16.40 hora local (20.40 hora GMT) y más de 82 millones de contagios. Lo que lo convierte en uno de los países más azotados por la pandemia. 

El equipo de trabajo de la Casa Blanca ofreció una rueda de prensa sobre la situación actual de la pandemia tras dos meses y medio en los que las cifras de muertes por COVID-19 seguían en ascenso. 

Siendo una de las primeras naciones en el mundo en administrar la vacuna a su población, la tasa de inmunización se ha estancado considerablemente, lo que ha provocado la preocupación de las autoridades sanitarias. Hasta el momento, se considera que alrededor de 70 millones de estadounidenses no se ha aplicado más de una dosis.

Este estancamiento en la tasa de vacunación es el reflejo de la división existente entre la población estadounidenses quienes defienden las estrategias de vacunación a gran escalas con base en métodos científicos frente al sector antivacunas que se oponen radicalmente a este tipo de políticas sanitarias.