Andrea Cabrera*
A lo largo de la historia el rol fundamental que representa la mujer es el de ser “madre de familia”, encargarse de la crianza de los hijos y del hogar en general. La desigualdad de género ha sido y es un tema que esta muy arraigado en las sociedades, no solo en países latinoamericanos, si no en todo el mundo. La mayoría de mujeres se ven obligadas a aceptar trabajos pocos remunerados y son víctimas de la segregación ocupacional y diferenciación salarial en comparación con el genero masculino además de violencia doméstica.
En Julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó ONU Mujeres, entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. Al hacerlo, los Estados miembros de la ONU dieron un paso histórico en la aceleración de los objetivos de la organización en materia de igualdad de género y de empoderamiento de la mujer. El pasado 25 de Noviembre se celebró el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En este momento se desarrolla una campaña de 16 días de activismo contra la violencia de género que finalizará el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. El objetivo de esta campaña es poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo, acompañado del mensaje del Secretario General de la ONU Ban Ki-moon: “Todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe.”1
Según el informe regional de desarrollo humano del 2010 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), El Salvador se ubica en la posición número 27 de 34 países de América Latina y el Caribe.2 En el listado de países por índice de desigualdad de género (IDG) catalogado por el PNUD como “Las desventajas que enfrentan mujeres y niñas son una gran fuente de desigualdad” (2013), El Salvador se posiciona en la ubicación número 115 de 187 países del mundo.3
Centrándonos en la educación superior podemos destacar que la mayoría de la población estudiantil son mujeres más que hombres. Sin embargo, las posibilidades de encontrar un empleo se reducen para las mujeres en todos los estratos sociales, por ejemplo si nos enfocamos en el área diplomática salvadoreña la primera mujer Canciller de la República fue María Eugenia Brizuela en el período 1999-2003, y fue la primera mujer en formar parte del Consejo Directivo de la Escuela de Negocios Latinoamericana INCAE.
La segunda mujer en ser nombrada Canciller de la República fue Marisol Argueta de Barillas por la dimisión de Francisco Esteban Laínez Rivas en el período 2008-2009. En la actualidad en el servicio exterior salvadoreño podemos ver que las mujeres se están abriendo camino en la política y diplomacia salvadoreña ocupando cargos de mayor relevancia a la vez siendo nombradas en cargos como jefas de misiones diplomáticas en el exterior, representantes de El Salvador en organismos internacionales, Cónsules y otras responsabilidades.
La única mujer en El Salvador que intentó postularse como candidata a la presidencia de la república fue Prudencia Ayala en 1930, a pesar que la legislación salvadoreña no reconocía el derecho al sufragio femenino.
Si bien es cierto, que las mujeres están abriendo una brecha en la política y diplomacia salvadoreña, aún queda un camino largo hacia mayor participación de las mujeres en la política, en la diplomacia y en la toma de decisiones públicas.
* Andrea Cabrera es parte del equipo de la oficina de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Universidad Luterana Salvadoreña.
Referencias:
1 http://www.un.org/es/events/endviolenceday/2014/sgmessage.shtml Consultado el 26 de Noviembre del 2014
2http://hdr.undp.org/sites/default/files/rhdr-2010-rblac.pdf
3http://www.latinamerica.undp.org/content/dam/rblac/img/IDH/IDH-AL%20Informe%20completo.pdf