Armando Briñis Zambrano*

 

En días recientes Mari Carmen Aponte, embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, dijo que los pronunciamientos que ha hecho el partido del gobierno salvadoreño, el FMLN, para que Estados Unidos derogue el decreto con el cual calificó a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional, dificultan conseguir nuevos fondos para El Salvador.

 

Recordemos que como parte del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, la región podría ser, supuestamente beneficiada con el desembolso de unos $1,000 millones para impulsar el desarrollo en los tres países. Y decimos supuestamente con toda intención, no es ayuda, en realidad estamos hablando de un plan muy parecido al Plan Colombia de consecuencias no claras para El Salvador, Honduras y Guatemala.

 

Hace cuatro días el partido FMLN entregó a la embajada de Venezuela en El Salvador alrededor de 25,000 firmas de salvadoreños, quienes mostraron su respaldo político al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, ante el decreto intervencionista de Estados Unidos, contra el país suramericano y por ende contra toda Latinoamérica.

 

El gobierno salvadoreño había manifestado su “profunda preocupación”, a través de un campo pagado, por la declaración de Estados Unidos sobre Venezuela. Posición que valoramos como positiva; pero incompleta.

 

La respuesta de la embajada estadounidense en El Salvador, a través de su embajadora la señora Aponte fue la que sigue: “El Gobierno de Estados Unidos y la embajada estamos trabajando bien duro para conseguir dinero para el programa de la Alianza para la Prosperidad. Y la realidad es que estos mensajes hacen el trabajo más difícil. Sin embargo, estamos totalmente comprometidos a seguir nuestro trabajo y a seguir en trabajos conjuntos”.

 

Consideramos que a lo anterior hay que responder de manera rotunda: nuestro país respeta el principio de la no intervención en asuntos internos de otros países y la autodeterminación de los pueblos”, y la situación interna de Venezuela nos preocupa en la misma magnitud que la de cualquier otro país de la región que pueda ser chantajeado, presionado o intervenido.

 

Le recordamos a los no informados y a los que intentan tergiversar la verdad usando los medios en manos de los oligopolios mediáticos salvadoreños, que todos los países participantes en la VII Cumbre de las Américas, con excepción de Estados Unidos y Canadá, se opusieron a la declaración unilateral del Gobierno de Estados Unidos en contra del gobierno venezolano de Nicolás Maduro, elegido democráticamente por la mayoría de los venezolanos.

 

El gobierno salvadoreño debe mantener su integridad y postura soberana, además de no dejarse presionar por unos dólares que nos perjudican y para nada nos benefician. 

 

Hay que preservar la unidad latinoamericana ante actos que en la historia de nuestros países se tradujeron en intervenciones militares contra nuestros pueblos.

 

 

* Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña